
Coged el fruto: El interés es vuestro,
lo podéis disfrutar;
pero cuidad de mantener el árbol
y el fruto acrecentad.Que todo árbol es muy agradecido.
Ezequiel Solana
Cuando las estribaciones occidentales de la Sierra de Gredos se adentran en tierras cacereñas, y tú contemplas desde los altos de Tornavacas un valle rodeado de sierras que en sus laderas arraigan cerezos, robles, castaños e innumerable vegetación, mientras en el fondo del valle discurrir un río cuyo cauce es alimentado por arroyos, gargantas y fuentes, en ese momento entiendes el motivo para deambular por este bello paraje llamado el “Valle del Jerte”.
Otoño…. La mañana todavía calurosa, parece que el verano se resiste a marchar, nos invita a emprender camino a Casas del Castañar. Localidad a los pies de la Sierra de San Barnabé y que engullida por el precioso Valle del Jerte, nos da la bienvenida como anfitriona a este paraje que descubriremos por hermosos senderos.
A la penumbra de la Sierra de San Bernabé y desde la llamada fuente del Santo, que se encuentra a la entrada de la población, una pista de cemento nos lleva hasta el mirador de la Era de San Bernabé (PR-CC24).
Mis ojos observan como las fincas de cerezos jalonan el paisaje, cubriendo las laderas de árboles perfectamente alineados, y aunque sus hojas debían de pintarse de rojo, predomina su color verde como si se resistieran a cambiar de tono para decir adiós a un verano demasiado largo.
Mientras deambulo desde la penumbra, contemplo como la sierra que divide el Valle del Jerte del Valle de Ambroz queda iluminada por los rayos matutinos del sol, bañando de luz sus laderas salpicadas de pueblos que hasta el mirador nos acompañan.
Pueblos que en su pequeñez engrandecen la sierra.
La senda se va emboscando cubriéndose de robles, ellos empiezan a tornarse en colores otoñales parece que podré disfrutar de algo de está estación que tanto se está haciendo esperar.
Después de una subida vislumbro el mirador Era de San Bernabé Una atalaya construida en acero corten, en cuya decoración figuran árboles de cerezos.
La visión de 360 grados del valle, me permitió contemplar una bella panorámica de la comarca, al fondo Plasencia, el embalse que lleva su nombre y las sierras que bordean el Valle del Jerte. Una panorámica que no me dejo indiferente, y que no dejaba de contemplar como si de un embrujo se tratara.
Vuelvo al camino con un buen sabor de boca y esperando continuar con más sorpresas de este valle.
Durante un tramo retrocedo sobre mis pasos hasta alcanzar la bifurcación con el sendero ruta Los Castaños (SL-CC 35), que nos adentra en un bosque de robles salpicado de castaños singulares.
El sendero sembrado de castaños centenarios, no deja de maravillarme cada vez que encuentro a esos seres vivos longevos que durante siglos han visto pasar el transcurrir de nuestra historia.
Todos son espectaculares, que con sus formas y grandeza no dejan de sorprenderme y poner cara de admiración a estas esculturas naturales.
Algunos yacen en la tierra ya sin vida, otros huecos en su interior, pero inmensos en su ramaje. Otros de tronco retorcido me transmiten como romper con las líneas establecidas, e incluso sus oquedades me sirven para hacer de marco natural a mis fotografías.
Todo un mundo de embrujo en un bosque donde perderse, para contemplar tan bella naturaleza.
CopaAl













RUTA: Circular (confluyen dos senderos SL-CC35 y PR-CC24)
DIFICULTAD: Baja – media
DISTANCIA: 12 Kms.
una ruta de lo más natural y disfrutada tranquila la mente, gracias por compartirla.. natural la mente saludos muy naturales
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Gracias por tu comentario. Es un placer poder compartir lo que disfruto con todos vosotros.
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