Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
«Otoño» Mario Benedetti
Mañana de otoño, que entre penumbras contemplo desde mi ventana. Hoy me encamino al norte de la Comunidad de Madrid, al puerto de Somosierra, paso natural entre la submeseta norte y la submeseta sur.
Desde la carretera contemplo como las nubes deshilachadas, posadas en las cumbres de este puerto, dan al paisaje un encanto especial y como la dehesa, que será la causa de esta ruta, viste sus mejores colores otoñales.
El punto de salida es Somosierra, que con sus 1433 mts. de altitud está considerada la localidad de mayor altitud de la Comunidad de Madrid.
El otoño es una de las estaciones que a la mayoría nos enamoran. Cuando tienes la oportunidad de perderte en uno de los bosques más hermoso de la Comunidad de Madrid, donde acebos, robles, avellanos, serbales, cerezos y abedules son compañeros de camino, ya tienes suficiente motivación para emboscarte en la frondosidad de este paraje.
El cielo iba abriendo entre las brumas matutinas, dado más intensidad a los colores que como una obra de arte se dibujaban ante mí.
El sendero tapizado de hojas me indicaba que el otoño se manifestaba con todo su esplendor, y que yo como aficionada a darle al clic de la cámara, hizo que esta ruta a pesar de ser corta en kilómetros fuera larga e intensa en emociones y «en fotografías».
Los arboles vestidos para la ocasión forman un paisaje de colores cálidos, donde amarillos, marrones, ocres, rojizos, qué a su vez mezclados con el verde de los inmensos acebos, me obligaba a parar continuamente para observar cómo captar la mejor fotografía que reflejará tan hermoso momento.
El camino se va elevando, para posteriormente bajar hasta el arroyo convirtiéndose en un paraje de ensueño, donde tienes la sensación que con solo sentarte a contemplar no haría falta seguir el sendero.
Entre los árboles cercanos vislumbro el perfil de la sierra de Guadarrama y un bosque de distintos colores al que debemos llegar.
Sigo mis pasos, para de nuevo atravesar un arroyo cuyo pequeño caudal remansado está cubierto de hojas amarillas donde apenas es visible el agua. Otro rincón donde sintetizarse con la madre la naturaleza.
La siguiente parada es el mirador Peña María, desde el cual contemplar toda dehesa y su espectacularidad.
Un cielo de nubes besaban las copas de este bello bosque, mientras en la lejanía del horizonte se perfilaba la sierra madrileña.
La tarde fue cerrándose, haciendo que el regreso fuera acompañado de una ligera llovizna que salpico de gotas el paraje, aumentado los olores a tierra que a veces olvidamos lo que vivimos en las grandes ciudades.
Me llevo en mi memoria un día vivido con la intensidad de los colores de otoño.


















DATOS DE LA RUTA
RUTA: Circular (no señalizada)
DIFICULTAD: Moderado
DISTANCIA: 5,2 kms.