
El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
Voltaire
En el Parque Natural del Alto Tajo existe un paraje que por su belleza merece ser visitado. Un lugar donde el otoño empieza a vestir sus tonos amarillos en algunos de sus árboles y donde el agua es protagonista de esta bella senda.
Deambular parte del Camino Natural del Tajo (GR-113), que discurre por más de 1.000 kms., a la vera del río más largo de la Península Ibérica, es uno de los placeres que lleva consigo esta ruta.
Desde Poveda de la Sierra (Guadalajara), por la carretera CM-210 y antes de sobrepasar el puente sobre el río Tajo, al que llaman puente de Poveda, sale una pista forestal a la derecha donde existe una caseta de información del Parque Natural. Por esa misma pista a unos 3,5 kms., llegaremos al área del Fuente del Berro lugar de aparcamiento e inicio de esta ruta.
Octubre nos trae el cambio de estación y aunque esos cambios a veces no son muy visibles, dependiendo del boscaje que nos rodee, si pudimos detenernos a observar como algunos árboles empezaban a vestir sus hojas de tonos amarillos, a la espera de su caída cuando el viento otoñal sople en sus ramas, tapizando la tierra de esos tonos cálidos que tanto nos gustan.
Siguiendo la pista principal, me perdía con mis pensamientos entre los pinos que a ambos lados filtraban la luz jugando a un teatro chinesco de luces y sombras. El astro solar alumbraba la mañana, haciéndose participe de este teatro, como actor principal. Es lo que tiene la madre naturaleza, solo tienes que observar para descubrir.
El Tajo, a veces turbulento y a veces manso me seducía con ese verde esmeralda que a juego con el verde del boscaje pinar, dibujaba un paisaje más de verano que de otoño.
Mientras, los farallones rocosos de las Muelas del Conde, hacían de pista de aterrizaje para muchos de sus vecinos alados. A mí, me impresiona observar cómo extienden sus inmensas alas realizando sus majestuosos vuelos, no dejan de asombrarme.
Alcanzamos las antiguas instalaciones del salto hidroeléctrico reconvertidas actualmente para turismo rural y donde pudimos hacer una parada en su bar-restaurante. Está bien disfrutar de una cerveza mientras charlas con los amigos, eso es hacer camino.

Tomamos el sendero de bajada al río y poco a poco me engulló el bosque de ribera, rodeada de tilos, chopos, fresnos….. hasta alcanzar el puente colgante sobre el río Tajo, primer objetivo a disfrutar.
Atravieso el puente parándome, desde su altura contemplo cómo sus aguas remansadas me ofrecen un espectáculo de color esmeralda a mis pies.
Siguiendo el camino se alcanza la Laguna de Taravilla o llamada también La Parra, uno de los bellos objetivos de nuestra ruta. Se formo gracias al crecimiento de una barrera de toba que represa el agua que recibe de un arroyo, manantiales y de su propio interior.

Bordeo la laguna entre un paisaje cambiante, el cinturón carrizo que rodea la laguna es el refugio de una fauna que a seguro y con paciencia podría ver. La laguna se viste de amarillos y naranjas que hace que sea un espectáculo visto desde el mirador.

Mis pasos me llevan al siguiente objetivo. Mientras en la lejanía oigo el rugir del agua que me indica la cercanía del Salto de Poveda, una mágica cascada que tiene su historia.
El origen de la cascada empieza en el pequeño embalse de La Chorrera donde se intentó situar una central hidroeléctrica, que se descartó por filtraciones y que no llegó a terminar su construcción.
Las filtraciones y las aguas del río Tajo fueron moldeando a su antojo está bella caída de agua, convirtiéndola en el salto más grande del curso alto del río Tajo.
Desde el mismo muro de la presa, oigo y contemplo como el río Tajo cae convirtiendo su caída en una bella melena blanca que se pierde en la poza situada a sus pies. La senda me lleva al mirador, que desde una cierta distancia me permite saborear como sus aguas se precipitan enmarcadas entre los troncos de los pinos, formando una bella estampa.

Sigo la senda para bajar por una escalinata que me conduce al puente de los pescadores, para atravesar a la orilla opuesta y volver por la pista forestal al lugar de inicio.
Ruta corta en kilómetros, pero inmensamente intensa en belleza y emociones, que me llevo grabada para el recuerdo.








RUTA: Circular
DIFICULTAD: Media – baja
DISTANCIA: 11 Kms.
Que bonito Conchi!!
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Gracias. Un entorno natural para perderse.
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