
Tu altiva sierra con sus torcales
Nos forja templos y catedrales
Nos teje sueños a la ilusión
Poema de Salvador Rueda
En Málaga hay un paraje natural muy especial, donde sus formas se convierten en castillos, bosques o mares de piedras. Ese paraje natural es El Torcal de Antequera, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Atrás va quedando Antequera dibujada por su alcazaba y el perfil de El Peñón de los Enamorados o El Indio de Antequera, vigía de caminos y uno de los símbolos de la ciudad. Peñón que fascina a todo aquel que lo contempla.
El Torcal está formado por rocas calizas, que tuvieron su origen en el fondo marino, hace millones y millones de años…. Estas rocas se fracturaron originando grietas, junto con el sistema de fallas y que a través de la erosión del viento, lluvia y nieve en el transcurso de los siglos, originaron el paisaje kárstico que hoy podemos contemplar. El nombre de El Torcal proviene de las formaciones que caracterizan al parque: dolinas o torcas
Llegamos al centro de visitantes, punto de partida de los senderos que recorren este maravilloso paraje. Existen cuatro rutas, señalizadas en colores. Elegimos la ruta amarilla, esta se adentra en callejones de umbría de densa vegetación, y nos permite disfrutar a fondo del entorno del paraje.
En este mar de piedras, donde las formaciones que se han originado en las rocas milenarias te dan rienda suelta a la imaginación, y jugando como niños tratamos de averiguar qué formas caprichosas podían tener.
Una de las sorpresas que nos deparaba este entorno, es su vegetación. Escondida entre callejones y al cobijo de rocas, nos permitió hacer algunos tramos bajo la sombra de sus árboles y rocas. Mientras desde las altas rocas, nos observaba unos ojuelo traviesos con cuernecillos, una cabra montés, que incluso se acercó posando para nosotros, haciéndonos pasar un rato divertido.
Al término de esta ruta, nos acercamos al mirador de Las Ventanillas, donde en días claros se puede ver el continente Africano, lástima que no pudimos disfrutar de ello por la falta de claridad.
Después seguimos por la antigua ruta roja, no señalizada, para hacer parte de su trazado. Al término del ascenso por está ruta, pudimos contemplar El Torcal Alto y el Camorro Alto cubiertos por la niebla.
Fue un día maravilloso en un lugar mágico.
RUTA: Circular (amarilla)
DIFICULTAD: Media-baja
DISTANCIA: 13 km.
La Alcazaba y la Peña de los Enamorados














Un comentario en “El Torcal de Antequera. Castillos de piedra”