¡Mar latino! ¡Palmera
y olivos! El grito de la palma
o el silencio del pino.
Mediterráneo – Federico García Lorca
Siempre es fascinante y atrayente hacer una ruta de senderismo, mientras tu vista se pierde entre la línea que separa el cielo y el mar.
Hoy deambularemos por parte de la llamada la Vía Verde del Mar que discurre entre Oropesa del Mar y Benicàssim (Castellón), y que su trazado corresponde a una antigua vía ferroviaria. Historia del ferrocarril
Nuestra ruta se inicia en Benicàssim y deambulando por la costa llegaremos como primera parada hasta Oropesa del Mar, para continuar siguiendo la línea de la costa finalizando en Torre la Sal, 22 kilómetros de costa nos esperan.
La mañana se despertaba bajo un cielo azul, mientras que el Mediterráneo nos ofrecía unas aguas tranquilas y sosegadas como meciéndose en su languidez.
En su lecho pinceladas de reflejos, que el sol iba mandando desde el amanecer. Esa era la carta de presentación a una ruta, con un encanto especial para los que vivimos tierra adentro.
Arrancamos en Benicàssim (desde la puerta del hotel), dirigiéndonos en dirección Oropesa, y siempre con el mar a nuesra derecha, hasta finalizar las playas (hotel Voramar), punto donde se inicia la Vía Verde del Mar.
En el último tramo de la misma, existe el llamado “Biarritz Valenciano”, 26 villas de gran diversidad y riqueza arquitectónicas que no pasan desapercibidas y que me hicieron remontarme a tiempos pasados. Ruta de las Villas
Una vez saboreado el túnel del tiempo, mis pasos me conducen al empiece de la vía verde mientras a mi espalda queda, el perfil de Benicàssim que se mece a los pies de una de sus playas.
Sigo deambulando hasta alcanzar un pequeño túnel, una de tantas obras excavadas en el agreste paisaje de la Sierra de Oropesa para conseguir el trazado del antiguo ferrocarril.
Continúo observando y pensando en la obra de ingeniería que nos rodea, hasta llegar a la primera Torre Vigía, de las dos que tiene este recorrido sobre unos espectaculares acantilados que vierten sus rocas al mar, sirviendo de miradores.
Sus nombres son La Colomera y La Corba, ambos baluartes defensivos y de vigilancia del siglo XVI.
En ocasiones las altas paredes excavadas surgen a los costados de la senda, para después a cielo descubierto descubrir la belleza de acantilados cuyas rocas se vierten en el mar.
Me detengo ante el entorno natural del Monte Bovalar, donde la vegetación autóctona y los pinos mediterráneos miran cada mañana el amanecer en el Mediterráneo.
Al fondo veo la entrada al túnel de 600 mts. iluminado. Me dirijo con incertidumbre, dado que no es uno de esos lugares que me gusten transitar, pero los “miedos” hay que vencerlos. Una vez superado el túnel, puedo respirar y llenar mis pulmones de aire con olor a mar y mientras la brisa acaricia mi cara.
A nuestros pies se encuentran el puerto y el club náutico de Oropesa y al fondo la Playa de La Concha, punto de parada obligatoria. ¿Quién se resiste a sentarse en una terracita de playa?
Después de estos momentos de relax, bordearemos el Cabo de Oropesa siguiendo por la Playa de Morro de Gos, para alcanzar el complejo turístico de Marina D’or, que una vez sobrepasado nos adentramos en la Ribera de Cabanes, un paraje salvaje con en el encanto de sus playas vírgenes.
Nuestro punto final es el poblado marítimo de Torre La Sal, un lugar de pequeñas casas construidas en los años 30 y 40 que apenas han sufrido modificaciones y que siguen conservando su carácter marinero.
Una ruta llena de olor a mar, donde se unen los sentidos para saborear el Mediterraneo.
GALERÍA
DESPLEGABLE DE LA RUTA
DATOS DE LA RUTA
RUTA: Lineal
DIFICULTAD: Fácil
DISTANCIA: 22 Kms. (punto salida hotel Trinimar)
ENLACES DE INTERÉS:
Benicàssim: Vía Verde
Recomendaciones
La ruta aquí descrita, es meramente orientativa. Queda bajo la responsabilidad de quien la realice, las medidas de seguridad propias de cada itinerario, que dependerán de las condiciones meteorológicas y de la preparación tanto física como técnica del que la lleve a cabo.
Toda la información aquí disponible es informativa, eximiéndose los autores de responsabilidad alguna ante cualquier percance que pudiera sufrir quien por voluntad propia o inducida realice la ruta.
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