
Soy farero de oficio,
vigía a todas horas,
capitán de una torre varada entre las rocas
Juan Carlos Martín Ramos
Donde se separan las rías de Vigo y Pontevedra existe una tierra tapizada de frondosos bosques, pequeñas calas, acantilados que se sumergen en el océano y aguas que besan playas salvajes.
Esta tierra es la Península do Morrazo
En su extremo meridional, y confín de esta hermosa península, existe un tramo costero llamado Costa da Vela.
Esta ruta recorre parte de esa costa, donde descubriremos tres de sus faros que como guardines y vigías avisan a navegantes de la proximidad de la costa.

Para terminar esta bellísima ruta, y como broche de oro, subiremos a Monte do Facho. Donde quedarnos maravillados con el impresionante paisaje que se divisa desde su altura. Así como, contemplar el bello atardecer que nos brinda está tierra.
El sendero nace del Mirador de la Caracola en Donón, escultura del artista gallego Lito Portela llamada A Buguina, y que se ha convertido en un lugar emblemático para observar como el astro rey se esconde en el horizonte del océano o bien detrás de las Islas Cíes, todo dependerá de la estación del año que nos encontremos.
¡Todo un espectáculo!
Este será el primer punto donde no podrás evitar asombrarte ante las vistas que ofrece, y que serán parte de nuestra ruta. Las Islas Cíes declaradas parque natural, de frente y a nuestra espalda la Isla de Ons, todas ellas incluidas en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
Ellas serán nuestras compañeras de ruta, en este bello deambular al borde del Océano Atlántico.
La senda arranca junto al aparcamiento del mirador. Discurre paralela a la pista sin asfaltar durante unos metros, hasta alcanzar el pequeño camino que sale a nuestra derecha.
A partir de este punto, solo debéis dejaros guiar por los faros, el sendero os llevará de faro a faro, como el juego de la oca. ¡A disfrutar!
FARO DO HOME
La mañana brillaba y el azul intenso del cielo acentuaba con más énfasis el azul del océano. Mi mirada se anclaba en la lejanía, mientras escudriñaba la esbeltez del faro enraizado en el acantilado del Cabo Home. El primer punto de esta ruta.
El Faro do Home fue construido en 1853 y está situado a 38 metros sobre el nivel del mar. Su blanca torre cilíndrica mide 18 metros, siendo una de las torres baliza más altas del litoral gallego. Su luz alcanza los 12 km. y señala la entrada a la ría de Vigo, entre las Islas Cíes y la Costa da Vela. En 1888 se añadió una sirena apodada la Vaca de Fisterra, para avisar a navegantes del peligro en los días de niebla.
Nunca te sentirás tan cerca de las Islas Cíes, mientras las olas rompen contra la abrupta Costa da Vela, como en este punto.

FARO DE PUNTA ROBALEIRA
Nuestro siguiente punto en la ruta es un faro que llama la atención por su color rojo y su gordita redondez, siempre pensamos que los faros son altos y esbeltos. Su color le hace contrastar contra el perfil de las Islas Cíes y te invita a que lo fotografíes, este faro es muy coquetón.
Situado entre Cabo Home y punta Subrido, fue construido en 1918. Con sus 6 metros de altura y 27 metros sobre el nivel del mar y un destello de luz de 12 km., es una de las ayudas de acceso a la ría de Vigo. Se le conoce como el faro rojo.
De la peligrosidad de esta zona es el hecho de que en menos de 2km. de costa, se ubiquen 3 faros que salvaguardan con su luz la seguridad de marineros. Cerca del faro hay una cruz blanca en recuerdo a un marino, Pepe Ruiz, cuya embarcación fue arrastrada hacia las rocas perdiendo su vida.
Salientes rocoso, nieblas, borrascas y corrientes peligrosas se dan en Costa da Vela, mientras sus aguas me hipnotizan.
PLAYA DE MELIDE
Sigo deambulando por el sendero que me lleva al siguiente faro. Mientras intento ordenar mis pensamientos ante la belleza que me rodea y que al mismo tiempo me desborda de alegría, consigo vislumbrar entre pinos la playa de Melide.

Escoltada por pinos y con su forma medio redonda, este arenal mira hacia las Islas Cíes como queriendo abrazarlas por su cercanía. Su arena blanca se riega del océano salpicado con espuma de olas, que besan su orilla. Que mejor invitación para hacer una parada y saborear las viandas que posan en el fondo de mi mochila.
Sentada frente las Islas Cíes, bajo la sombra de pinos y arrullada por el sonido del mar, observo entre bocado y bocado embrujada ante tan hermosa paisaje. Mientras pienso, como dice la canción de Víctor y Ana (Derroche), “Para entrar en el cielo no es preciso morir”.
El paraíso lo tenemos aquí en la tierra, solo hay que buscar un poco, cuidarlo y disfrutarlo. A veces las cosas más sencillas son las más placenteras.

FARO DE PUNTA SUBRIDO
Después de esos momentos de gozo, me desperezo y continúo en busca del tercer faro. Para llegar a él atravieso el arenal de la playa, remonto el pinar hasta alcanzar el último faro de esta senda.
Se asemeja a su hermano, el faro de Cabo Home, aunque este tiene un piso menos. Su torre cilíndrica de color blanco y base azul, mide 13 metros y está construido a 53 metros de altura sobre el nivel del mar. Su luz destellante alcanza 16 Km.
Desde ese punto tienes un balcón a la ría de Vigo, al cual merece mucho la pena asomarse.

MONTE DO FACHO
Llegando al punto de salida, en el mirador, mis andarines pies me guían hasta el Monte do Facho (184 mts. de altitud), desde donde divisar parte de la senda que he realizado, la Costa da Vela, la entrada a la ría de Vigo, ría de Pontevedra con la Isla de Ons, y la grandiosidad del Océano Atlántico mientras sus aguas se pierden en el horizonte. ¡A que no es poco!
Asciendo por un camino encajado entre rocas, cuyo suelo tapizado de piedras indican parte de un pasado. Su historia se remonta a la Edad de Bronce (siglo IX a.C.), para seguir el en siglo IV a.C. con un castro santuario y en entre los siglos III y IV d.C. un santuario galaico-romano.
Si os interesa continuar con su historia, os dejo el siguiente link: Castro del Monte do Facho
Actualmente existen excavaciones arqueológicas, que junto con la garita de vigilancia costera de los siglos XVII y XVIII, nos habla del emplazamiento geográfico y estratégico del Monte do Facho y que haya sido habitado por varias civilizaciones.
En la parte más alta del monte existe una garita de piedra, cuya base forma parte del antiguo faro medieval. Dentro de él se prendía una hoguera con paja mojada para que su nube de humo pudiera ser divisada desde muchos puntos de la costa. “Facho” en castellano es antorcha, y de ahí proviene el nombre del monte.

Lo impresionante de este lugar son sus vistas.

Me siento en una de las rocas, y ante la inmensidad del océano, las Islas Cíes a mis pies…. observar parte del sendero recorrido y….. dejarme llevar, sintiendo que este lugar es mágico.
ATARDECER MÁGICO
La tarde finalizaba con amenazadoras nubes, que desprendieron una preciosa y suave lluvia que dio lugar a un atardecer de ensueño.
¡Esto es Galicia!













RUTA: Circular
DIFICULTAD: Ruta de los faros: baja – Ruta a Monte do Facho: media
DISTANCIA: Ruta faros: 9 km. Ruta Monte do Facho: 10 km.