Las noches de Cercedilla
las llevo en mi soledad,
y son ya la última linde
que yo quisiera mirar.
Testamento – Luis Rosales
La Sierra de Guadarrama esconde rutas que son muy especiales, rutas que se escriben con poesías. Rincones donde ilustres poetas sentados en rocas graníticas contemplaban el horizonte, mientras su intelecto y corazón se unían para deslizar su pluma en un blanco papel.
Esta ruta, aferrada en el Valle de la Fuenfría, me deleito con senderos donde las raíces hicieron de peldaños en una escalera natural, encontrar balcones donde la mirada se pierde en el horizonte, un reloj que llaman de Cela y hasta una cascada llamada de Los Alemanes, ¿Será porque se bañaban en ellas los alemanes?, luego os lo cuento.
También, pise una calzada romana, pequeños arroyos, puentes y lo más importante el objetivo de esta senda: Unos miradores donde la poesía es la protagonista.

Mañana de Julio, nos dirigimos a Cercedilla, pueblo de la sierra de Guadarrama en la Comunidad de Madrid y situado en el Camino de Santiago. Inicio del Valle de la Fuenfría, Cercedilla está rodeado por montes del sistema central como Siete Picos, la Bola del Mundo, La Peñota y Peña del Águila, y donde su historia arranca ya en la época Romana.
Iniciamos nuestra marcha desde el aparcamiento de Majavilán y tras atravesar la valla que impide el paso a vehículos, continuaremos en dirección al Puente del Descalzo que nos hace de paso sobre el Arroyo de la Fuenfría y que se atribuye como calzada romana (vía Antonina).
Esta fue construida en el siglo I d.c. para unir Emérita Augusta (Mérida) con Caesar Augusta (Zaragoza), pero su construcción no fue con losas, sino con una mezcla de arena y piedras sueltas. El puente fue construido en el siglo XVIII, así como el pavimento actual de losas de granito, que coinciden con la calzada romana. Así que podemos seguir pensando que estamos pisando sobre una calzada romana, siendo una parte de nuestra historia.

A nuestra derecha, y atravesando la valla, se inicia la subida por el Camino Schmidt (PR-M/SG-5), mientras círculos de colores pintados en los troncos nos indican el sendero, (los colores dependerán de la senda elegida y en ocasiones estos senderos se cruzan).

Las raíces de los árboles me hacen de bellas escaleras en este leve ascenso, que entre la sombra de los pinos y el frescor de los helechos hacen que los calores de julios sean más llevaderos e invitándome a un sosegado deambular.

Vamos tomando altura hasta alcanzar la pista forestal llamada Carretera de la República o Carretera Puricelli, recibe este nombre por ser un proyecto inacabado de la II República por el comienzo de la Guerra Civil.
Una de mis costumbres, será por el tema de la fotografía, es girarme cuando deambulo y ver que dejo a mi espalda. Detrás el valle y de frente las crestas del dragón (Siete Picos) que emergen desafiantes entre las copas de los pinos.

La mañana cálida, a pesar de ser julio, pero yo busco la sombra de los pinos en la subida, entretanto mariposas revolotean a mi alrededor, y yo intento como loca captar alguna “pose” en esas flores que adornan el sendero. Otra belleza que me brinda la naturaleza.
A nuestra derecha aparecen los indicadores de los Miradores de los Poetas, el objetivo de esta ruta. El mirador de Vicente Aleixandre, que nos da la bienvenida con poemas cincelados en la roca granítica, se alza sobre un grupo de piedras que como proa de un barco te asoman para observar como el valle se pierde hasta el Embalse de Valmayor y como si de un nacimiento se tratara Cercedilla y otros pueblos serranos se dibujan en el paisaje.

A unos 100 metros se encuentra el otro mirador, el del poeta granadino Luis Rosales, lugar para el descanso bajo las ramas de los arboles mientras a tus pies se extiende Madrid.

En este rincón hay un hueco labrado en la roca y cubierto con una tapa inscrita, no tengas reparo, ábrela y en su interior encontrarás libros y el placer de poder leer unos párrafos en tan selecto rincón de la Sierra del Guadarrama.

Mientras vuelvo a retomar el camino, después de que mi alma se llenase de tanta belleza, observo como se recorta contra un cielo azul, Siete Picos (2.138 mts.), Bola del Mundo o alto de las Guarramillas (2.257 mts.) y La Maliciosa (2.227 mts.), picos que apuntan al cielo de Madrid.
Mis pasos se dirigen a la Pradera de Navarrulaque, aunque en el camino se encuentra el reloj solar de Cela, dedicado al premio Nobel de Literatura por la influencia de este enclave reflejo en su Cuadernos del Guadarrama.
Dado que las fuerzas empezaban a flaquear y al encontrarnos en la Pradera de Navarrulaque, decidimos dar cuenta de nuestras viandas bajo el techado del refugio del mismo nombre, un lugar especial donde el bocadillo me supo a poesía.
La pradera de Navarrulaque, un rincón donde perder la noción del tiempo. Desde 1984 se celebra la marcha de El Aurrulaque, para rendir homenaje y pedir respeto a la sierra madrileña. Se organiza este evento sociocultural para destacar los valores naturales y culturales del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Si os preguntéis que son esas traviesas en mitad de la pradera, es un monumento creado por Pablo Maojo en 1988 para rendir homenaje a los primeros caminantes, tributo a pastores, romanos, escritores, aquellos que hicieron el deambular parte de su vida.
El número y la disposición de las traviesas tienen su sentido, observar que son siete y orientadas hacia Siete Picos.
Iniciamos la bajada, por la carretera de la República que nos llevará hasta el final de la ruta. Pero antes de llegar, debéis desviaros a la derecha para visitar la Cascada de los Alemanes (está indicado). Está formada por el arroyo de la Navazuela y su nombre se debe a los numerosos senderistas, entre ellos muchos alemanes, que a principios del siglo XX se acercaban refrescarse.

Así que como aquellos senderistas nos acercamos a refrescarnos, aunque el caudal no sea tan espectacular en esta época del año. Pero el agua fresquita alivia el calor del mes de julio.
Sin duda una ruta que se debe de saborear tanto por el paisaje, como por su interés cultural y todo lo que en esta senda representa para la Sierra de Guadarrama.
Camino de Santiago de Madrid Subida por el Camino Schmidt (PR-M/SG-5) Guarramillas o la Bola del Mundo Siete Picos como fondo El reloj de Cela Arroyo de la Navazuela
RUTA: Circular
DIFICULTAD: Fácil
DISTANCIA: 11,40 kms. aprox.
Da gusto leer tus descripciones de los trayectos que recorres. Entran ganas de realizarlos recreándose en los detalles que comentas a lo largo del recorrido.
Felicidades y gracias.
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Gracias por tu comentario. Esa es mi intención al crear este blog, incitar a través de la palabra y la imagen a realizar o visitar el lugar, que tan feliz me ha hecho cuando lo he recorrido.
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