Sábado, despierto pensando en ese agradable desayuno, hoy es especial, como suele pasar cada vez que emprendemos una ruta. El café matutino se convierte en algo distinto. En un rincón esperan mi mochila y por supuesto mi cámara fotográfica, eterna amiga en mí deambular por senderos y caminos, aguardando captar momentos que pasarán a ser diferentes.
Está ruta tiene de especial, el poder caminar durante algunos kilómetros sobre el canal de El Mesto hasta alcanzar su azud. Fue inaugurado en 1905 para abastecer de agua a Madrid. Actualmente en desuso, pero que sigue operativo a pesar del siglo transcurrido. En ese recorrido podremos contemplar, el acueducto de Zegrí, cuyos pilares superan los 21 metros de altura en la parte más profunda del barranco y acceder a la Cascada del Hervidero, donde el río Guadalix deja caer sus aguas desde la altura, a un pequeño lago llamado el Charco del Hervidero.
Iniciamos nuestra ruta en el pueblo madrileño de San Agustín de Guadalix (historia). Nos acercaremos al cauce de su río, el cual seguiremos en nuestro inicio aguas arribas. Este tramo tiene un encanto especial, sus aguas se remansan convirtiéndose en espejos y el bosque de ribera se refleja en ellas, transformándose en un paraje de postal.

Seguimos nuestro recorrido, observando el cambio que se produce en el paisaje, este va mutando a un bosque mediterráneo. Me paro, y contemplo las encinas contra el azul del cielo, mientras en contraste el marrón de las incipientes hojas de los álamos, nos indica que la madre naturaleza empieza de despertar de su letargo invernal.

La mañana seguía transcurriendo, al igual que nosotros lo hacíamos sobre la plataforma del canal del Mesto. Recorriendo el cañón del río Guadalix, en cuyas vertientes cubiertas de masa forestal, se escudriñaba en la lejanía el contorno del acueducto de Zegui. Las sucesivas casetas, respiraderos del canal, y las paredes rocosas de la Peña del Águila hacían de guardianes en nuestro deambular camino de alcanzar la presa Azud del Mesto. En este punto del cañón, debemos contemplar la obra de ingeniería que a principios del siglo XX, tuvieron que realizar para la construcción del canal.
Una vez alcanzado la presa, volvimos sobre nuestros pasos, haciendo parada obligatoria para acceder a la Cascada del Hervidero. A través de unas escaleras excavadas en la roca del cañón, que debemos bajar y subir con precaución, nos encontramos ante un rincón especial que la naturaleza nos brinda. El río Guadalix divide su cauce en dos cascadas sobre una roca de silícea, dejando caer su caudal sobre un pequeño lago donde se remansa sus aguas, para proseguir su recorrido hasta alcanzar el río Jarama.
Después de un día lleno de luz y «calorcito» en pleno febrero, nuestro final de ruta lo disfrutamos saboreando unas cervecitas en buena compañía, en una de las terrazas que el pueblo de San Agustín de Guadalix nos brinda.
RUTA: Lineal (ida y vuelta por el mismo sendero)
DIFICULTAD: Baja
DISTANCIA: 15km.
La historia cuenta…..
EL TRUEQUE…
Juan I de Castilla cede en 1382 la villa, que pertenecía a la corona de Castilla a Pedro Goncález de Mendoza. La villa permanece en manos de la familia Mendoza hasta que en 1461 Pedro González de Mendoza, la intercambia por otras posesiones a Diego Arias Dávila, Contador mayor de Enrique IV de Castilla. Su hijo Juan Arias de Ávila fue el primero de los Condes de Puñonrostro, cuyo escudo de armas continúa plasmado en el actual escudo de San Agustín.
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ENLACES DE ÍNTERES:
Wikiloc ruta
Guía de rutas de San Agustín de Guadalix






