Del antiguo camino a lo largo,
ya un pinar, ya una fuente aparece,
que brotando en la peña musgosa
con estrépito al valle desciende,
y brillando del sol a los rayos
entre un mar de verdura se pierde
Del antiguo camino a lo largo (Rosalía de Castro)
Maquino Largaño, significa «camino largo» en barallete, la jerga gremial de los antiguos paragüeros y afiladores de Ourense. Discurre por el Concejo de Nogueira de Ramuin (Ourense), para adentrarse por el interior de la Ribeira Sacra, y con parada obligatoria en el Monasterio del Santo Estevo. Terminaremos está jornada con una ruta fluvial por El Cañón del Sil.
Como describir esta ruta……., no sé, si diría correctamente «El imperio de los sentidos» y no me refiero a la película del director Japonés, Nagisa Oshima.
Atravesaremos bosques autóctonos la Fraga Galega. Robles (carballo), acebos (acivro), abedules (bidueiro), madroños (árbuto), eucaliptos y castañares (castiñeiro) serán nuestros compañeros de caminos. Mientras, a nuestros pies el sendero alfombrado de castañas, a la espera de su recogida y posterior fiesta de “El Magosto”, nos hacía sentir como meigas deambulando por un bosque de cuento.
Nos recibió la mañana con brumas y llovizna, eso despertó nuestros sentidos, poniéndolos a funcionar para una jornada mágica.
Bosques encantados, teñidos de los colores del otoño, amarillos, ocres, marrones, verdes……en una armonía de colores sin fin. Donde mi sentido de la vista se agudizó tanto, que mis ojos dolían por querer memorizar en mis retinas esos bellos paisajes.
Olores que flotaban, y cambiaban continuamente en el aire que respiraba, haciendo que el sentido del olfato participara en una cata olorosa, maridando tierra húmeda (humus), liquen, menta, eucalipto…….
El sentido del oído se afino, para percibir el murmullo del bosque, la lluvia, el aire, los árboles…. tratando de escuchar “falar” a Meigas, Biosbardos, Lavandeiras, Mouras……., personajes de la mitología Galega, que observaban desde su escondite nuestro deambular.
Mis manos apreciaban el tacto suave del musgo, las piedras, la corteza de los árboles, las hojas…., percibiendo su textura a través del sentido del tacto, llegando hasta lo más interior de mi piel.
El sentido del gusto… se agudizo, ese bocadillo disfrutado con mis compañeros de camino, sentados a la ribera del sendero, compartiendo nuestras viandas y «falando» sobre lo que estábamos viviendo. Os aseguro, que ese bocadillo supo distinto.
Siempre quedará en mis cinco sentidos esta ruta, una de las más bellas . Volveremos……. Galicia nos espera.
Desde siempre, los valles del Miño y del Sil marcaron el ritmo de la historia en todas aquellas comarcas que se encontraban en sus dos riberas. Grandes cañones de belleza sin igual y profundos bosques de castaños y carballos ocultaron miles de secretos e historias. Lugares recónditos, a donde era imposible llegar, lugares que no unía ningún camino, y que ni tan siquiera conocían los lugareños.
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RUTA: Lineal
DIFICULTAD: Moderada
DISTANCIA: 14 KM. aprox.
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