Maquino Largaño, significa «camino largo» en barallete, la jerga gremial de los antiguos paragüeros y afiladores. Discurre por el Concejo de Nogueira de Ramuin (Ourense), para descubrir el interior de la Ribeira Sacra. Siendo una de las rutas más atractivas, la longitud prevista a recorre era de 16 Km. Dificultad moderada. Dado que teníamos concertado visitar El Cañón del Sil en catamarán, tuvimos que acortar el recorrido en 6 km. Nos queda pendiente de hacer su recorrido completo original que es de 21 km. Volveremos…….
Como describir esta ruta……. no sé si diría correctamente “El imperio de los sentidos” y no me refiero a la película del director Japonés, Nagisa Oshima.
Atravesamos bosques autóctonos (Fraga Gallega). Robles (carballo), acebos (acivro), abedules (bidueiro), madroños (árbuto), eucaliptos y castañares (castiñeiro). Pudimos disfrutar de un camino alfombrado de castañas a la espera de su recogida y posterior llegada de su fiesta, “El Magosto”.
Nos recibió la mañana con brumas y llovizna, eso despertó nuestros sentidos.
Bosques encantados, teñidos de los colores del otoño donde mi sentido de la vista se agudizó tanto, que mis ojos dolían por querer retener en la retina esos paisajes.
Olores que flotaban y cambiaban continuamente en el aire que respiraba, haciendo que el sentido del olfato oliese a tierra húmeda (humus), liquen, menta, eucalipto…….
El sentido del oído, se agudizaba para percibir el murmullo del bosque, la lluvia, el aire…. tratando de escuchar “falar” a Meigas, Biosbardos, Lavandeiras, Mouras……., personajes de la mitología Gallega, que observaban nuestro caminar.
Mis manos apreciaban el tacto suave del musgo, las piedras, la corteza de los árboles, hojas…. percibiendo su textura a través del sentido del tacto.
El sentido del gusto………., ese bocadillo disfrutado con mis compañeros de camino, sentados a la ribera del camino compartiendo nuestras viandas y “falando” sobre lo que estábamos viviendo.
Desde siempre, los valles del Miño y del Sil marcaron el ritmo de la historia en todas aquellas comarcas que se encontraban en sus dos riberas. Grandes cañones de belleza sin igual y profundos bosques de castaños y carballos ocultaron miles de secretos e historias. Lugares recónditos, a donde era imposible llegar, lugares que no unía ningún camino, y que ni tan siquiera conocían los lugareños.















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CopaAl
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