El cañón del río Lobos, declarado Parque Natural en 1985, fue una de las primeras zonas protegidas en Castilla y León.
Se trata de un profundo cañón calizo formado por una antigua e intensa erosión del río Lobos, recorriendo más de 25 km. De la Provincia de Soria y Burgos. Un paisaje espectacular por sus escarpados farallones.
En el recorrido encontraremos la Ermita templaria De San Bartolomé. Está enclavada en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la geografía peninsular, los cabos de Creus y Finisterre. Este punto central es el «Omphalos» (el centro del mundo).
Cuenta una leyenda que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, cerca del camino hoy utilizado y la espada se le cayó al suelo y allí donde quedo clavada quedó revelado que sería el lugar donde se edificaría la actual ermita de San Bartolomé.